En este Día Internacional de las Personas con Discapacidad, la institución del Ararteko se adhiere con firmeza al lema global: "Fomentar sociedades inclusivas para las personas con discapacidad para impulsar el progreso social". Este lema, que surge tras el impulso de la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social celebrada en Doha, enlaza directamente con el espíritu de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), lo que nos recuerda que no puede existir sostenibilidad sin una inclusión social plena y efectiva.

La inclusión es un elemento fundamental para el desarrollo social y económico. Su garantía es una cuestión de justicia social y el pleno reconocimiento de los derechos fundamentales recogidos en nuestra legislación. Como establece la Declaración Política de Doha, la inclusión es una condición previa y un motor de cambio duradero. Por ello, los poderes públicos deben incluir la perspectiva transversal de la diversidad funcional en su agenda institucional. Esto significa garantizar que todos los aspectos de la vida social, política, económica y cultural se conciban desde el respeto y la consideración a la pluralidad de nuestras capacidades, presidiendo cualquier planificación y ejecución de políticas para impulsar el progreso de toda la sociedad.

Resulta necesaria una mención expresa a la responsabilidad ineludible de garantizar los derechos y la participación plena de las personas con discapacidad intelectual. La institución del Ararteko vela por la aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, por garantizar el ejercicio pleno de su capacidad jurídica. Esto supone eliminar cualquier forma de delegación en la toma de decisiones, promoviendo en su lugar un sistema de apoyos y salvaguardias que escuche, respete y haga efectivas la voluntad, las preferencias y los deseos de estas personas.

En esta jornada de reivindicación, el Ararteko aboga por un cambio de las mentalidades y de los paradigmas existentes a la hora de diseñar nuestras ciudades y pueblos, a la hora de organizar los recursos sociales, a la hora de imaginar y de ordenar nuestras relaciones personales. La diversidad de funcionalidades del ser humano debe presidir ese cambio, desde el respeto y la consideración atenta hacia las capacidades propias de cada individuo. 

En consecuencia, esta institución ratifica y mantiene su compromiso irrenunciable con la defensa de los derechos de las personas con discapacidad como vía indispensable para alcanzar el progreso social en Euskadi.

Vitoria-Gasteiz, 2 de diciembre de 2025