El síndic de greuges, Rafael Ribó, se ha desplazado este martes 19 de junio a Estrasburgo para reunirse con la nueva comisaria de derechos humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatović.  El síndic ha aprovechado la reunión para expresar su preocupación por la precariedad democrática en el Estado español durante los últimos años, y especialmente con referencia al conflicto catalán. Concretamente, le ha entregado el informe que ha presentado recientemente en el Parlamento de Cataluña. Informe La vulneración de derechos fundamentales y libertades públicas con ocasión de la reacción penal a partir del 1-O y la aplicación del 155 CE

Ribó también ha explicado los puntos más destacados del informe a diversos miembros del Consejo de Europa con quien se ha reunido previamente: Günter Schirmer, responsable de Asuntos Legales y Derechos Humanos del Secretariado de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa; Christos Giakoumpoulos, de la Dirección de Derechos Humanos y Estado de Derecho, y Hugh Chetwynd, jefe de sección del Comité de Prevención de la Tortura

Además, ha solicitado a lo organismos europeos coon lo que se ha reunido que verifiquen que el Estado español haga efectivo el compromisó asumido de realizar una investigación por las cargas policiales del 1-O. En concreto, se refiere al compromiso que el entonces ministro de Asuntos Exteriores español Alfonso Dastis, adquirió con el secretario general del Consejo de Europa, Thorbjørn Jagland, en el marco de una reunió.  

Según el informe, la restricción a la libertad personal de diversos dirigentes políticos y sociales por la vía de un uso abusivo y desproporcionado de la medida cautelar de privación de libertad constituye quizás la vulneración más flagrante de derechos fundamentales que se ha producido.

Así mismo, la disolución por medio del artículo 155 CE del Parlamento y la destitución de más de 250 altos cargos del Gobierno han afectado de forma directa al derecho de participación política que reconoce el artículo 23 CE, en un doble sentido: por un lado, resulta afectado el derecho de los cargos públicos destituidos y el de los representantes obligados a cesar por la disolución anticipada del Parlamento; y, por otra parte, también resulta afectada el derecho de participación política de la ciudadanía, en general, en la medida en que los representantes que han elegido no han podido ejercer su función por el tiempo por el que fueron elegidos.

El derecho de participación política del artículo 23 CE también se ve afectado por los actos que, tras las elecciones celebradas el día 21 de diciembre de 2017, impiden sin base legal que personas que han sido elegidas como diputadas al Parlamento de Cataluña y que están en posesión de sus derechos políticos puedan ser candidatas a la presidencia de la Generalitat.

Los ataques o regresiones a la libertad no se circunscriben a las expresiones o manifestaciones de carácter independentista en Cataluña, sino que tienen un alcance más amplio y se están aplicando a diferentes formas de protesta y disidencia.

Por último, en diversas ocasiones durante el período sobre el que trata el informe, y en especial durante la jornada del primero de octubre de 2017, la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía actuaron de una manera desproporcionada, y provocaron un daño superior al mal que supuestamente querían evitar. Especialmente preocupante e inaceptable fue el uso de pelotas de goma.

En el informe Retrocesos en materia de derechos humanos: libertad de expresión de los cargos electos y separación de poderes en el Reino de España, el Síndic ya alertaba en el mes de abril de 2017 de la erosión de la separación de poderes en España y de sus efectos contra los principios democráticos.

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A newborn baby died in hospital after delays in treatment and attendance by medical staff, an investigation by the Ombudsman has found.

Mrs A (anonymised) complained about the care and treatment that she and her late son, Baby C, received from Glangwili and Withybush General Hospitals in West Wales in May 2016.

Mrs A complained that:

•There had been failures to monitor Baby C’s development during her pregnancy and labour and to provide her with a birthing plan

•There had been a failure to respond to her concerns about unusual pains during labour

•Following Baby C’s birth, there had been a failure to conduct necessary tests

•There had been a delay in Baby C seeing a paediatrician and receiving treatment

•There was a failure to conduct a full investigation into the cause of Baby C’s death which resulted in Mr and Mrs A being given different reasons for Baby C’s death.

•The Health Board failed to adequately respond to her complaint about the different explanations she was given

•Baby C’s death was incorrectly registered as a “stillbirth”

The Ombudsman upheld the complaint. He found that concerns raised by Mrs A during the pregnancy and in labour were dismissed by medical staff. During labour, there was no investigation of unusual sharp pains complained about by Mrs A, and there were delays in a consultant paediatrician attending when Baby C was born because he was given incorrect information on the location of the birth.

The Health Board failed to undertake appropriate tests on Mrs A and on Baby C after his birth. This affected the Health Board’s investigation into the cause of Baby C’s death and caused significant worry and distress to the family.

Furthermore, the Ombudsman found that Baby C’s death was incorrectly registered as a stillbirth rather than a neonatal death, meaning the parents were denied the opportunity to discuss organ donation. The Ombudsman concluded that there was an injustice for Mr and Mrs A as they will never know if their son would have survived if there had been no delays in treatment and in the consultant paediatrician attending after Baby C’s birth.

Commenting on the report, Public Services Ombudsman for Wales, Nick Bennett, said:

“Clearly Mr and Mrs A have been through a heart-breaking experience and I hope the outcome of my office’s investigation brings them some small comfort.

“There was a lack of ownership and consistency in Mrs A’s and Baby C’s care, and a whole host of failings that should not have occurred.

“The injustice arising from the decision to record a stillbirth has been significant for Mr and Mrs A as they believed that when Baby C had been passed to them he was alive and had died in their arms.

“It is vital the Hywel Dda University Health Board learns the lessons from these mistakes to ensure they do not happen again.”

The Health Board agreed to implement all of the Ombudsman’s recommendations including providing Mr and Mrs A with an apology for the failings identified, pay Mrs A £4,500 in recognition of the distress, delay and uncertainty she experienced in this matter. The Board also agreed to change Baby C’s status from “still born” to “neonatal death.”